Toda una cruzada contra los nombramientos ‘a dedo’ de cargos de confianza; el desfile de nombres con cada cambio de Gobierno; la politización de la gestión pública; y un golpe en la mesa para establecer por fin una retribución más ligada a los objetivos y a la evaluación constante del desempeño en el sector público. Un intento, en resumen, de desligar la gestión del Estado del ámbito político y acercarla a los cánones de eficiencia de la empresa privada.
Comentarios
La respuesta de Sánchez también será a dedo.
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Con lo que les ha costado pillar poltrona... no tienen consideración. Sin los cargos a dedo muchos inútiles iban a pasar mucha hambre.
Se sabe en qué papelera lo ha tirado y cuanto se ha reído?
Otra oportunidad para mostrar las bondades reales del grafeno