"Somos hijos de una raza maldita". Xabier Santxotena habla, a menudo, en primera persona del plural porque desciende de aquellas gentes que se instalaron en la Edad Media en el barrio de Bozate, un racimo de caseríos blancos en una pradera del valle del Baztán (Navarra). No recuerdo nada muy concreto, pero sabía que Arizkun y Bozate eran distintos, que la gente era distinta. Algún día me llegó la palabra. Recuerdo que se lo pregunté a mi padre: "qué es eso de los agotes".
Comentarios
#2 Cierto pero esta no es la historia de los agotes sino la versión contada desde el punto de vista en primera persona de un habitante de la zona. Creo que es de interés mantenerla
#3 Por mi, perfecto.
#4 Gracias. Mire en el buscador y vi que esta noticia "tenia un punto diferente"
#5 Y portada. Cuando algo mola, mola. Enhorabuena.
Los agotes ha sido una comunidad discriminada al menos durante ocho siglos, desde el siglo XII hasta el XX.
#1 Ha salido ya unas cuantas veces por aquí: https://www.meneame.net/search.php?q=agotes+baztan&w=links&p=&s=&h=&o=&u=
Ya conocía el tema de los agotes pero en este caso es la entrevista a uno, cosa raruna, por eso es un artículo muy interesante.
A menear
#6 Hay muchos descendientes de agotes, pero no lo saben porque aquello era una historia a ocultar cuando emigraban de un sitio, poca gente de fuera de arizkun tiene un recuerdo histórico que lo que fueron.
Mi familia política son descendientes de cuarta generación de Arizkun y poco más saben de ello.
TL;DR
"siente simpatía por este personaje tan monstruo repudiado."
Esta gente se gana la vida escribiendo...
#14 Jajajaj Bingo
Los Euskaldunes haciendo gala de su talante integrador.
#8 Ah, que son euskaldunes para lo malo y sólo navarros para lo bueno
¡Madrecita, qué bien escribe Izagirre!
Si eso mañana me lo leo, pero vamos que aquí en el Pirineo no te dejan casarte con tu prima hermana ni aunque tenga las mejores tetas de tres pueblos alrededor, es mas, ni con una prima segunda.
La primera vez que oí hablar de los agotes fue en la trilogía del baztán, de Dolores Redondo