La compra de las esculturas de Gerardo Rueda entre 2004 y 2007 por parte del IVAM es un escándalo de dimensiones similares a las de las propias obras que, por lo visto, tenían la virtud de cambiar de tamaño y pasar de medir unos centímetros a superar los dos metros. A nadie le extraña este nuevo misterio que rodea la gestión de Consuelo Císcar en la institución, y en el que también está implicado José Luis Rueda, hijo adoptivo del pintor y escultor.
Comentarios
Si los del PP hubieran dedicado su arte para el robo en hacer avanzar el pais, seriamos numero uno en todo. No hay ningun area financiada con dinero publico donde no hayan metido mano.
Lea el artículo completo en el número de mayo de la revista Plaza
Pues nada, cuando pueda hacerlo ya opino...
Evidentemente, el tamaño importa.
#5 El tamaño del artículo importa
Es fácil confundir "peras on the rocks" que mide escaso un palmo con la imagen que sale en portada que también son peras.
"* Lea el artículo completo en el número de mayo de la revista Plaza".
A ver, no quiero ser tiquismiquis, ¿pero este caso no iba contra las normas o es un agujero legal?
#4 Totalmente de acuerdo.