George Church y su equipo de la facultad de Medicina de Harvard han logrado transformar una cepa inofensiva de la bacteria intestinal E. coli: le añadieron algunos genes a su solitario cromosoma circular, convirtiendo el organismo en una fábrica biológica de
licopeno, un poderoso antioxidante que se produce naturalmente en los tomates y otras hortalizas. Han logrado en días lo que a las empresas biotecnológicas les lleva años. Más:
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