Las nuevas tendencias de la empleabilidad están basadas en el atractivo físico, mucho más que en las tradicionales diferenciaciones regionales, la educación y la experiencia laboral[...] La investigación, publicada esta semana, no es la primera que llega a conclusiones similares, pero es de suponer que sus resultados se ajustan más a la situación laboral de España que la de estudios anteriores, realizados principalmente en Estados Unidos y Reino Unido.
Comentarios
Hombre, dos buenas tetas y habilidades de faquir abren muchos puestos de dirección.
#1 No todos los faquires eran/son tragadores de sable.
PD: Un buen rabo también abre muchas puertas... sobretodo si tienen forma de coño.
Alicia Sanchez Ke-Macho es la excepción que confirma la regla. La debió operar el médico argentino de los Simpsons.
Hija de puta, el dia que se muera, que la fileteen en bistecs (la carne de caballo aun tiene fans)
#5 no es que el guapo se crea mejor (y ojo, que eso es muy frecuente), es el que el feo se crea que por ser guapo (y eso va en apreciaciones) vaya a ser mejor; y es cierto que esta sociedad potencia el tema de la apariencia por encima del de la validez personal (y así nos va).
No, es mejor en educación, así se da cuenta de la soplapollez que representa el creerse mejor por tener mejor pinta.
#3 bueno, no es que el guapo se crea mejor, el tema es que tiene más posibilidades de ser contratado sólo por ser guapo, independientemente que se lo crea o no.
Interesante...
El psicólogo cree que esta inclinación sexual es la responsable del éxito de las personas guapas y el fracaso de las feas, teniendo en cuenta, además, que se expresa de forma inconsciente, “en forma de prejuicios sutiles en nuestras preferencias, la toma de decisiones, u otros comportamientos”. No importa que un empleador esté felizmente enamorado o casado, de forma casi inconsciente, ante un perfil similar, elegirá el rostro más atractivo. Y no es por mezquindad, es por instinto.
Falta poner que para las guapas lo más eficaz es una buena lobotomía. Que es lo que se espera de ellas.
y para un hombre imbécil es mejor no dedicarse al periodismo.