Perdonen si empiezo con una confidencia personal: yo, que soy contrario a los toros, entiendo de toros. Durante años, cuando me recogieron en Zaragoza...
No me cabe en la cabeza que alguien se sienta bien viendo sufrir a un animal hasta la muerte. Hay que ser muy mala persona para eso. Es incompatible con la dignidad. Yo me he alejado de gente cuando me enteré que le gustaba esa mierda, la gente así sobra en mi vida.