Hace 5 años | Por X...X a labrujulaverde.com
Publicado hace 5 años por X...X a labrujulaverde.com

Es una tentación muy grande para un escritor o cineasta, demasiado, dejar pasar la oportunidad de reflejar un encuentro personal entre dos grandes antagonistas, que hubieran protagonizado un episodio histórico más o menos importante, aún cuando no esté probado que realmente llegasen a contactar

Comentarios

X

#2 Gracias ! Me gustan mucho estos temas y esas épocas.

a

Que se lo digan a Santiago Posteguillo...

D

Éfeso, bonito lugar

tpv

#8 Si, estoy de acuerdo. Pero pasar de lo que era Roma en las Púnicas a lo que llegó a ser después creo que no hubiera sido posible sin esa competencia con Cartago. Desde entonces hasta el "final" de Roma, nunca tuvieron un rival de nivel similar.
Un poco puede verse en la evolución de la espada. De la calidad de las primeras hasta la spatha.

Pero vamos, es una opinión un poco a la deshabillé.

capitan__nemo

Tras esta narrativa militarista.
¿Se escuchaba mucho la retorica antimilitarista en las crónicas que se conservan de la época?
Historiadores que veían los sinsentidos de todas esas guerras que solo servian a los poderosos, sus intereses, su gloria (y a la retórica de los imperios y los reinos). Que veian esas ansias y epopeyas militares como historias para militares, para que padres y maestros militares educasen y formasen a hijos y alumnos militares para que quisiesen dedicarse a eso, para que vieran necesario eso. Para militares y políticos a donde ascendían muchas veces despues de la carrera militar, o que los políticos pasaban por la carrera militar porque era una credencial mas para su futuro cargo que esperaban ocupar.

tpv

¡Delenda Carthago!

Desde que Roma no tuvo un competidor, se dedicó a sestear hasta su ruina final. La competencia con Cartago fue la que hizo de Roma lo que fue.

chulonsky

#7 Qué va. El mayor esplendor del imperio lo tuvo con trajano casi cuatro cientos años después. Las guerras púnicas sucedieron en los primeros dos siglos de vida de la república.

themarquesito

#7 La frase es algo distinta y tiene aún más gracia. Independientemente de lo que se estuviese debatiendo en el senado, Catón añadía al final de sus discursos la coletilla "ceto censeo Cathaginem esse delendam", que se traduce como "sin embargo considero que Cartago debe ser destruida".