La casa Automatenverlag, de Hamburgo (Alemania), ha transformado los antiguos dispensadores de tabaco repartidos por la ciudad en máquinas dispensadoras de libros. Por cuatro euros, el paseante puede adquirir textos escritos por los autores locales, desde poesía, pasando por cómics e incluso guías de viaje. Evidentemente, los libros han sido adaptados al tamaño de un paquete de tabaco
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Pero no quiero generalizar para no joder la experiencia de los demás, que cada cual pruebe el suyo.
Los directivos de British American Tobacco son idiotas, se les hace una buena publicidad (aunque sea involuntariamente) y denuncian.
Todo eso pase, pero el problema esencia es si la puta religión o la mierda de la EpC se imparte o no.
Y luego nos quejamos de cómo va el país.
Wenn ist das Nunstruck git und Slotermeyer? Ja! Beiherhund das Oder die Flipperwaldt gersput!