Investigadores de la Universidad Johns Hopkins han inventado una herramienta de tamaño micrométrico (un "laboratorio en un chip") que ha sido diseñada para imitar las complejidades químicas del cerebro. El sistema debiera ayudar a los científicos a entender mejor cómo funcionan en conjunto las células del cerebro para formar el sistema nervioso. Las células nerviosas deciden en qué dirección crecer detectando tanto las señales químicas que fluyen a través de su entorno como aquellas adosadas a las superficies que las rodean.
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