Jared Diamond ha publicado un comentario en The New Yorker narrando una escalofriante historia de venganza tribal. En las sociedades de clanes, como las que aún se resisten a ser neutralizadas por el estado en las tierras altas de Papua Nueva Guinea, de forma habitual no es el esposo de la madre, sino su hermano, el encargado del cuidado de los hijos. Comprensiblemente, la muerte de un tío representa una calamidad muy superior a lo que cualquier occidental acostumbrado a la familia nuclear burguesa es capaz de imaginar.
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