Bruselas impone sus reglas verdes y lo está haciendo sin ningún tipo de cortapisas. En Asturias vamos a notarlo muy pronto: Arcelor ya ha enseñado sus cartas al suspender la creación de una planta de reducción del mineral de hierro en Gijón. El Gobierno de Pedro Sánchez quieren convertir a Arcelor en un ejemplo nacional y europeo de gran industria alimentada con hidrógeno verde, pero la producción de hidrógeno verde es costosa y logísticamente compleja. Asturias no puede ser el laboratorio de experimentos ecológicos imposibles
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