Publicado hace 2 años por Asther a historia.nationalgeographic.com.es

Durante el Antiguo Régimen, obtener el divorcio era algo casi imposible en muchos países católicos. Pero algunas nobles francesas encontraron una curiosa manera de conseguirlo: acusar a sus maridos de impotencia, un procedimiento que requería de un morboso procedimiento judicial.

Comentarios

r

#2 lol lol

D

#5 Acabaremos teniendo sexo con testigos como sigan las denuncias falsas por violación

Pd. Bye bye karma

Ormuzd

#11 No has visto Upload en Prime Video, no? En la tecnologia esta la solucion.

L

#5 200mg de viagra necesitaria para q se me levantara en una situacion asi.

balancin

#13 Viagra. Para una “tensión elástica” y “movimiento natural”

balancin

#5 Joder con el sexo oprimido

valzin

A fecha de hoy la nulidad eclesiástica se puede pedir por la imposibilidad de mantener relaciones sexuales.
Hay otros supuestos como declarar inmadurez cuando se casaron.

Y pagar, claro.

bronco1890

#6 Alguno ha alegado enormidad del pene para poder mantener relaciones sexuales y tras el correspondiente examen ha podido obtener la nulidad eclesiástica (no es coña)

Guanarteme

¡Coño, como en la Sharía! Se parte del postulado tan machista de que una mujer sirve para tener hijos y si no se los hacen.... Pues se los tendrá que hace otro.

Es uno de los pocos supuestos en los que el Islam (o ciertas escuelas) autoriza a las mujeres a pedir el divorcio.

Pero a ver, sobre la noticia, en un país católico como Francia el divorcio no existía, existiría la nulidad matrimonial que sigue existiendo a día de hoy en el ámbito eclesiástico y la impotencia en el momento de la boda, es una causal en el derecho canónico para declarar nulo un matrimonio ¿No irían más bien por ahí los tiros?

valzin

#3 lo he visto después, una pena.

oso_barboso_

Joder, y seguro que en la primera fase quien te la meneaba era el cura o alguna vieja

Jonesy

O de consumo ocasional de cocaína (bourbon facts)

A

"En la primera, debía probar delante de un jurado compuesto por médicos, eclesiásticos y mujeres casadas que su miembro poseía adecuada “tensión elástica” y “movimiento natural” -hablando en plata, que se le levantaba- y, si estas eran satisfactorias, ejecutar también una “prueba de eyaculación”".