Hace 11 años | Por errepece a salon.com
Publicado hace 11 años por errepece a salon.com

El dios del Antiguo Testamento era irascible, mientras que las deidades griegas se ponían celosas, se emborrachaban y tenían sexo. Sus poderes sobrepasan los de un ser humano normal pero no son sino proyecciones de nuestras fantasías de poder personales: los dioses pueden hacer lo que a nosotros nos gustaría hacer. Las creencias religiosas sobrenaturales son irracionales y pueden no tener sentido alguno, pero perviven porque son muy satisfactorias emocionalmente. [Extracto del libro de Diamond que acaba de publicarse el 31 de diciembre.]