Cuántas obras maravillosas se habrán perdido en la historia de la literatura. En ocasiones a propósito, en otras por accidente y las más de las veces porque los editores no acertaron a aceptar la obra y al final se quedó en un cajón. Hoy quiero contarles la historia curiosa de algunos manuscritos perdidos para siempre y la de alguno que se salvó, contra todo pronóstico. Empecemos por las buenas noticias.
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