Mi plan excluyó las calas y las playas gracias al consejo de los mallorquines de toda la vida que me hicieron saber que ellos no las pisan hasta bien entrado septiembre. Solo hay que renunciar a hacer lo mismo que el resto o, al menos, a hacerlo al mismo tiempo. Sin embargo, sí hubo visitas a Palma, un lugar tomado por los cruceristas que, afortunadamente, siguen una ruta tan trillada e instagrameable que es fácil esquivarla y vivir otra versión de la ciudad
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etiquetas: turismo , mallorca
Que tristeza. Tener ahí las playas cuando más calor hace y tener que renunciar a ellas para que vayan los turistas. Es tristísimo.Antes los mallorquines de toda la vida, llegaba el verano y podían ir a las playas que veían todo el invierno. Ahora tienen que quedarse en sus casas o ir a donde no quiere ir nadie.
Y eso es el turismo: que te dejen arrinconado a donde no quieren ir nadie.
El turismo es maravilloso, porque permite a todo el mundo disfrutar de las calas que antes solo disfrutaban los mallorquines.
Lo que tú defiendes es otra cosa, es clasismo regionalista
www.periodicodeibiza.es/pitiusas/ibiza/2024/08/31/2232299/medica-urgen
Vergüenza me daría....
Hay mucho por ver y apreciar. La mayoría de los que vienen se creen que Mallorca es una isla con un cocotero
Ahí lo dejo.
Si sólo lees un poco, difícilmente darás una opinión razonable
Más barato, más bonito y muy buena gente.
De hecho el artículo mismo es una promoción misma de este turismo.