No seré yo quien reniegue de la democracia, ya sea analógica o digital. Pero existe un factor nuevo en la democracia digital, en el “me gusta” del Facebook, en los apoyos y firmas a través de Twitter, Change.org y demás. Es un factor que antes era casi inexistente en el mundo analógico. Ese factor es que todos nuestros gestos, firmas o “me gusta” están a la vista de los demás, sobre todo de nuestros amigos o seguidores.
#0 Change.org tiene la opción de que la firma sea anónima y no "a la vista de los demás".
#2 Estoy de acuerdo en que el nivel de implicación de una firma es bajo, pero no es incompatible con otro tipo de acciones, y me consta que varias problemáticas sociales o ambientales han adquirido relevancia gracias a un número elevado de adhesiones.
#3 Sucede que la casi totalidad de la gente que "firma" sí es incompatible con otro tipo de acciones. Existe una vana satisfacción en pensar que has hecho algo por una causa cuando en realidad no has hecho nada más útil que meterte el dedo en la nariz. Y es que meterse dos dedos en la nariz ya cuesta, y a eso no están dispuestos.
Y la relevancia del llamamiento es irrelevante cuando se da la circunstancia que explico en #1 (que es siempre).
#5 Hablo por los hechos. Ninguna de esas iniciativas virtuales mueve a nadie de su sillón.
En #1 me refería a que si creas un lloriqueo virtual contra los deshojadores de margaritas, a la empresa DeshojaMargaritas S.A. se la pela enteramente porque sus clientes le seguirán pagando por ello. Incluso las llamadas a hacer boicots comerciales son meras pamemas que no siguen ni los que las proponen.
Sucede que la gente se hace infinitas pajillas porque los anunciantes de Telecinco han obligado a Telecinco a adoptar una estrategia concreta al escapársele de las manos el coto mediático (que no virtual).
Todos esos gestos, firmas o "me gusta" se la pelan olímpicamente a la entidad aludida o referida en ellos. Sin excepción. Es algo tan democrático como alegal e inútil.
Por cierto, ahora me entero que "en el mundo analógico" no había clubes ni recogidas de firmas. Y tanto que había, y eran multitudinarias porque la gente salía más. Con "el mundo digital", en algunas cosas se ha perdido mucho.
#1 Y añado que todos esos gestos, firmas o "me gusta" se la pelan también a los que firman. Su compromiso es tan nulo como el esfuerzo de darle al botón, tal y como dice el artículo.
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#0 Change.org tiene la opción de que la firma sea anónima y no "a la vista de los demás".
#2 Estoy de acuerdo en que el nivel de implicación de una firma es bajo, pero no es incompatible con otro tipo de acciones, y me consta que varias problemáticas sociales o ambientales han adquirido relevancia gracias a un número elevado de adhesiones.
#3 Sucede que la casi totalidad de la gente que "firma" sí es incompatible con otro tipo de acciones. Existe una vana satisfacción en pensar que has hecho algo por una causa cuando en realidad no has hecho nada más útil que meterte el dedo en la nariz. Y es que meterse dos dedos en la nariz ya cuesta, y a eso no están dispuestos.
Y la relevancia del llamamiento es irrelevante cuando se da la circunstancia que explico en #1 (que es siempre).
#4 Hable por usted
Lo siento, no llegué a comprender la circunstancia que explica en #1
#5 Hablo por los hechos. Ninguna de esas iniciativas virtuales mueve a nadie de su sillón.
En #1 me refería a que si creas un lloriqueo virtual contra los deshojadores de margaritas, a la empresa DeshojaMargaritas S.A. se la pela enteramente porque sus clientes le seguirán pagando por ello. Incluso las llamadas a hacer boicots comerciales son meras pamemas que no siguen ni los que las proponen.
Sucede que la gente se hace infinitas pajillas porque los anunciantes de Telecinco han obligado a Telecinco a adoptar una estrategia concreta al escapársele de las manos el coto mediático (que no virtual).
Todos esos gestos, firmas o "me gusta" se la pelan olímpicamente a la entidad aludida o referida en ellos. Sin excepción. Es algo tan democrático como alegal e inútil.
Por cierto, ahora me entero que "en el mundo analógico" no había clubes ni recogidas de firmas. Y tanto que había, y eran multitudinarias porque la gente salía más. Con "el mundo digital", en algunas cosas se ha perdido mucho.
#1 Y añado que todos esos gestos, firmas o "me gusta" se la pelan también a los que firman. Su compromiso es tan nulo como el esfuerzo de darle al botón, tal y como dice el artículo.