Las complicaciones provocadas por la comida y la bebida eran bastante frecuentes: problemas digestivos, gases, hemorroides… El Guardián del Ano era el responsable de ocuparse de ellas, aunque sin los conocimientos actuales de microbiología los procedimientos estaban limitados a efectuar una limpieza de los intestinos e introducir sustancias purgantes. Existen diversas fuentes que hablan de estos tratamientos, la más antigua de las cuales es el Papiro Ebers, datado en el octavo año de reinado de Amenhotep I (alrededor del 1517 a.C.) y que  
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