Hace 18 años | Por maty a magisnet.com
Publicado hace 18 años por maty a magisnet.com

Wonka, de Pistas nos avisa de la entrevista http://wonkapistas.blogspot.com/2006/01/la-educacin-no-lo-puede-todo.html Como la experiencia es un grado, sigo su consejo, la leo y vengo aquí para "menearla" y compartir con vosotros el "hallazgo". Extracto: "Muchos padres de una generación crecieron con la idea de que la culpa es mala. Por la cultura de la época, los padres vienen con la idea de que su hijo no debe sufrir un “trauma” –es decir, cualquier cosa que suponga dolor emocional. Pero eso es un error, porque la culpa es un sentimiento antropológico, no sólo religioso, que se desarrolla a lo largo de nuestra evolución como especie." ¿Categoría? Cultura

Comentarios

a

Maty,

El tema es interesante, aunque no lleve la palabra sexo en el título. Pero el enfoque no me gusta un pimiento.

En primer lugar me gustaría resaltar la tremenda contradicción de lo que se dice en la entrevista:

Para los niños _la culpa es buena_: vease el extracto que has puesto que termina con la frase "En la España actual, la culpa es un sentimiento inadecuado, conservador, “castrador”... y eso es un error." Pero en el caso de los padres _la culpa es mala_: "Los padres, al asimilar el mensaje de que la Educación lo es todo, llegan a mi consulta avergonzados, culpabilizados. Vienen preguntando “¿qué he hecho mal?”. Y eso es un problema muy grave."

¿en qué quedamos? ¿Por qué es un problema muy grave que los padres se pregunten que han hecho mal y se sientan culpables y es deseable que sus hijos se hagan esa pregunta y se sientan así?

Yo me quedo con la segunda carta: la culpa no es buena. El sentirse culpable es un valor positivo de la cultura judeo-cristiana más rancia. Pero no entra dentro de mi escala de valores.

No quiero que mis hijas se sientan culpables. Quiero que se sientan responsables y solidarias. Que aprendan a analizar sus errores para subsanarlos en el futuro sufriendo las consecuencias de sus actos, pero sin sufrimientos añadidos innecesarios (todos nos equivocamos a veces y el autoflajelarse no es la solución). Que aprendan a respetar los límites de la vida en sociedad, no porque si no se las va castigar y se van a sentir culpables, si no porque comprendan que se establecen para mejorar la convivencia y que siguiéndolas todos nos sentimos mejor.

Es cierto que el ser responsable y el respetar reglas puede resultar frustrante. Deben a prender a controlar sus frustraciones. Pero de preferencia sin que haya trauma/daño. La educación debe hacerse en positivo, no en negativo. Las personas aprendemos mejor cuando estamos motivadas por la sensación de reconocimiento y de éxito que cuando nos sentimos culpables y solo obedecemos por temor al castigo.

Una vez dicho esto, es cierto que hoy en día muchos padres abdican de su función educadora y no marcan normas ni límites ni exigen responsabilidades. Estamos de acuerdo en que eso no es correcto. Pero la solución no es resucitar el sentimiento de culpa ern el niño. Por otra parte, es cierto que los niños no tienen una capacidad infinita de razonar ni los padres tampoco, y a veces no hay tiempo para ello, y se hace es necesario recurrir al castigo y al azote en ocasiones. Bueno, pues se recurre, mientras se tenga claro que es un último recurso no hay problema. Es un poco como en al vida real: la sociedad procura que sus miembros aceptan las normas de convivencia de forma postiva, pero si no, pues para eso está la policía y la justicia.

Así que no, no la meneo, lo siento

maty

Llámese culpa, responsabilidad, peso de la conciencia... pero un niño ha de tener muy claro si obra bien o mal.

Sufrimientos añadidos... el sufrimiento forma parte de la condición humana, como la enfermedad. Poner a los niños en burbujas de cristal parece contraproducente, ya que la sociedad es como es.

A veces, llega un momento que los niños ya no atienden a los razonamientos y advertencias. Entonces ¿qué hacer? Y sí, si que soy partidario de algún azote ocasional, cuando lo anterior no ha funcionado. O castigo...

Los padres están rehuyendo su responsabilidad, y lo intentan compensar con numerosos bienes materiales.

Reconozcámoslo, la sociedad española está fracasando estrepitosamente a la hora de formar y educar. Aquellos niños "fracasados" ahora vuelven a fracasar con sus propios hijos, agravándose el problema.

Concluyo, dejemos las religiones para el ámbito personal, no mezclemos.