Con la moneda al viento, siempre le sale cara: el Rey no fue impuesto por el dictador, sino que trajo la democracia; el Rey no se aseguró de que el golpe de Tejero fracasaba antes de lanzar su mensaje a las cinco de la madrugada, sino que lo abortó con mano de hierro; el Rey no se pasa más de dos meses al año de vacaciones públicas entre Mallorca y Baqueira sino que es un deportista; el Rey no dice cosas inadecuadas sino que se salta el protocolo por campechano y buena gente. Y así.
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