[...] Hace tiempo, también, tuvimos un paciente en la treintena que coleccionaba bragas de sus conquistas. Nos contaba que a menos que tuviera una prenda de su aventura no se sentía satisfecho. De hecho, él solía confesar su fetiche a la chica en cuestión. Quizás porque era el modo más sencillo de conseguir que la mujer se la diera. Algunas de ellas se sentían halagadas y se la daban sin más, pero otras se sentían utilizadas y se negaban.
El fetichismo en si no es ningún problema, salvo cuando impide que la persona pueda desarrollar su sexualidad libremente (que limita tanto al fetiche que no se puede salir de ese "guión", vamos). Aunque mientras la persona disfrute y no haga daño a nadie, que se divierta y tenga una colección digna de museo...
Comentarios
iba a votar amarillista por delante (y marrón por atrás)
#3 #4 Os odio. A ambos. De verdad.
#3 mas asqueroso que un bocata de flemas
El fetichismo en si no es ningún problema, salvo cuando impide que la persona pueda desarrollar su sexualidad libremente (que limita tanto al fetiche que no se puede salir de ese "guión", vamos). Aunque mientras la persona disfrute y no haga daño a nadie, que se divierta y tenga una colección digna de museo...
Si quieren, me dejo entrevistarme
#9 Sería peor que guardara los condones usados...
Mientras no se dedique a intercambiarlas... Sile, nole...
Aqui teneis un link a una coleccion de bragas sucias
http://www.jemz.com/musc/music.html
#4 Realmente asqueroso, chaval
Yo conozco a uno que guarda el envoltorio de los condones