#6:
El artículo resulta un poco superficial, pero es interesante porque da una idea de cómo ven la situación española desde Francia; no falta un punto de paternalismo, quizá justificado. #5 Traducción:
Mensaje dirigido recientemente por el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, a su ministro de economía: «Aguanta, España no es Uganda». Sin duda. Pero ese sms evidenciaba también una debilidad: prueba la angustia que se siente en estos momentos en en España ante la perspectiva de sufrir la misma suerte que otro país mediteráneo: Grecia.
Madrid tiene miedo. Erróneamente, podríamos pensar: el país dispone de un estado que funciona, capaz de subir los impuestos, de imponer reformas. Rajoy sabe que la cura de austeridad sin precedentes que impone a sus compatriotas –65.000 millones en recortes– tendrán sus efectos. Pero de nuevo esta semana, aún aturdidos por el shock presupuestario, los españoles han gritado su desesperación en la calle.
Mes tras mes, la economía se hunde en la recesión. Las cifras son tan alarmantes como en Atenas. Uno de cada dos jóvenes en el paro. Desde 2007 la quiebra de empresas ha subido un 400%.
El país paga por sus años locos, por esa burbuja inmobiliaria, ya explotada, que ha dejado una economía exhausta y una costa desfigurada. La purga llevará años: hay que limpiar los bancos, minados por 184.000 millones de euros de deudas problemáticas. Hay que desendeudar a los hogares cuyas deudas superan sus ingresos. Hay que desintoxicar la economía de su dependencia del sector inmobiliario y de la construcción, gallina de los huevos de oro de la última década, para construir una economía diversificada.
De manera que ¿es realmente necesario añadir a esta penitencia la cura de austeridad actual que, según el premio Nobel de economía Paul Krugman «no tiene ningún sentido»?
Madrid aumenta los impuestos, corta en los gastos: demasiado y mal. Aquí también, como en Grecia, el país toca a la educación; cuando su sitema escolar ya está deteriorado. Congela las inversiones en infraestructuras, reduce los gastos en investigación y desarrollo. En otras palabras, pone en peligro su porvenir económico: precisamente lo que hay que reconstruir. Los españoles dicen «¡esto es un atraco!»: quizá no les falte razón.
Quizá el gobierno conservador esté desvalijando su porvenir. Todo ello para tranquilizar a unos mercados que, evidentemente, no tragan y que hacen pagar a España muy caros su errores del pasado. Todo ello para satisfacer a una Europa que pide a Madrid que se comprometa a bajar el déficit a cualquier precio. Todo ello, finalmente, para que Berlín acepte –cosa que hizo el jueves– financiar con 100.000 millones de euros la recapitalización de los bancos ibéricos amenazados de quibra.
Europa ya ha fracasado dejando a España emborracharse en una década de crecimiento artificial. El BCE había tratado, en vano, de dar la alarma: en Frankfurt se recuerdan fuertes tensiones con Madrid. Europa no debe cometer dos veces el mismo error y dejar al país que se pierda como durante sus años de «fiesta» [en español en el original] de anfetas. No hay que abandonar a España a su suerte.
#10:
#8 ademas de traducir estupendamente se te ve perfeccionista,como dice #9 no es para tanto esa "errata". Tambien hubiera valido desinflada.
Me quedo con dos perlas: ¿es realmente necesario añadir a la penitencia la cura de austeridad? es que no ha valido la experiencia por la que han pasado Grecia;Irlanda y Portugal para ver que la austeridad no es el camino. ¿donde queda el reciente plan por el crecimiento acordado en Roma?. Por una vez que parecía se imponía la sensatez y se habia aprendido de los errores cometidos.
Y No hay que abandonar a España a su suerte. A ver si de verdad existe esa solidaridad europea, aunque el salvarse empieza por uno mismo sin esperar a los que los otros hagan o puedan hacer; siendo, en cualquier caso, toda ayuda bienvenida.
Se dice arramblando. Viene de Rambla, de cuando baja un torrente de la montaña y se lleva todo por delante. Ese fenómeno destructivo se conoce bien en el Levante.
#8 ademas de traducir estupendamente se te ve perfeccionista,como dice #9 no es para tanto esa "errata". Tambien hubiera valido desinflada.
Me quedo con dos perlas: ¿es realmente necesario añadir a la penitencia la cura de austeridad? es que no ha valido la experiencia por la que han pasado Grecia;Irlanda y Portugal para ver que la austeridad no es el camino. ¿donde queda el reciente plan por el crecimiento acordado en Roma?. Por una vez que parecía se imponía la sensatez y se habia aprendido de los errores cometidos.
Y No hay que abandonar a España a su suerte. A ver si de verdad existe esa solidaridad europea, aunque el salvarse empieza por uno mismo sin esperar a los que los otros hagan o puedan hacer; siendo, en cualquier caso, toda ayuda bienvenida.
El artículo resulta un poco superficial, pero es interesante porque da una idea de cómo ven la situación española desde Francia; no falta un punto de paternalismo, quizá justificado. #5 Traducción:
Mensaje dirigido recientemente por el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, a su ministro de economía: «Aguanta, España no es Uganda». Sin duda. Pero ese sms evidenciaba también una debilidad: prueba la angustia que se siente en estos momentos en en España ante la perspectiva de sufrir la misma suerte que otro país mediteráneo: Grecia.
Madrid tiene miedo. Erróneamente, podríamos pensar: el país dispone de un estado que funciona, capaz de subir los impuestos, de imponer reformas. Rajoy sabe que la cura de austeridad sin precedentes que impone a sus compatriotas –65.000 millones en recortes– tendrán sus efectos. Pero de nuevo esta semana, aún aturdidos por el shock presupuestario, los españoles han gritado su desesperación en la calle.
Mes tras mes, la economía se hunde en la recesión. Las cifras son tan alarmantes como en Atenas. Uno de cada dos jóvenes en el paro. Desde 2007 la quiebra de empresas ha subido un 400%.
El país paga por sus años locos, por esa burbuja inmobiliaria, ya explotada, que ha dejado una economía exhausta y una costa desfigurada. La purga llevará años: hay que limpiar los bancos, minados por 184.000 millones de euros de deudas problemáticas. Hay que desendeudar a los hogares cuyas deudas superan sus ingresos. Hay que desintoxicar la economía de su dependencia del sector inmobiliario y de la construcción, gallina de los huevos de oro de la última década, para construir una economía diversificada.
De manera que ¿es realmente necesario añadir a esta penitencia la cura de austeridad actual que, según el premio Nobel de economía Paul Krugman «no tiene ningún sentido»?
Madrid aumenta los impuestos, corta en los gastos: demasiado y mal. Aquí también, como en Grecia, el país toca a la educación; cuando su sitema escolar ya está deteriorado. Congela las inversiones en infraestructuras, reduce los gastos en investigación y desarrollo. En otras palabras, pone en peligro su porvenir económico: precisamente lo que hay que reconstruir. Los españoles dicen «¡esto es un atraco!»: quizá no les falte razón.
Quizá el gobierno conservador esté desvalijando su porvenir. Todo ello para tranquilizar a unos mercados que, evidentemente, no tragan y que hacen pagar a España muy caros su errores del pasado. Todo ello para satisfacer a una Europa que pide a Madrid que se comprometa a bajar el déficit a cualquier precio. Todo ello, finalmente, para que Berlín acepte –cosa que hizo el jueves– financiar con 100.000 millones de euros la recapitalización de los bancos ibéricos amenazados de quibra.
Europa ya ha fracasado dejando a España emborracharse en una década de crecimiento artificial. El BCE había tratado, en vano, de dar la alarma: en Frankfurt se recuerdan fuertes tensiones con Madrid. Europa no debe cometer dos veces el mismo error y dejar al país que se pierda como durante sus años de «fiesta» [en español en el original] de anfetas. No hay que abandonar a España a su suerte.
Comentarios
Se dice arramblando. Viene de Rambla, de cuando baja un torrente de la montaña y se lleva todo por delante. Ese fenómeno destructivo se conoce bien en el Levante.
#3 ...y porque han disfrutado de Rambla (Vicente), que desde sus cargos en el Consell también ha "arramblado" con todo lo que ha podido...
El gobierno español a realizado una OPA hostil contra la ciudadanía, pero en España miramos a otro lado mientras Francia asiste atónita.
En Francia sí tienen sentido europeo: si Europa destroza a uno de sus principales países, se está destrozando a sí misma.
Ojalá hubiera el mismo sentido en Alemania... y en España.
¡Eps! Errata en la traducción: donde dice «esa burbuja inmobiliaria, ya explotada» debería decir «esa burbuja inmobiliaria, ya estallada».
#8 Tampoco creo que ese matiz se merezca siquiera el calificativo de "errata".
#8 ademas de traducir estupendamente se te ve perfeccionista,como dice #9 no es para tanto esa "errata". Tambien hubiera valido desinflada.
Me quedo con dos perlas: ¿es realmente necesario añadir a la penitencia la cura de austeridad? es que no ha valido la experiencia por la que han pasado Grecia;Irlanda y Portugal para ver que la austeridad no es el camino. ¿donde queda el reciente plan por el crecimiento acordado en Roma?. Por una vez que parecía se imponía la sensatez y se habia aprendido de los errores cometidos.
Y No hay que abandonar a España a su suerte. A ver si de verdad existe esa solidaridad europea, aunque el salvarse empieza por uno mismo sin esperar a los que los otros hagan o puedan hacer; siendo, en cualquier caso, toda ayuda bienvenida.
Alguien lo traduce? porque en frances no me sirve de nada
El artículo resulta un poco superficial, pero es interesante porque da una idea de cómo ven la situación española desde Francia; no falta un punto de paternalismo, quizá justificado.
#5 Traducción:
Mensaje dirigido recientemente por el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, a su ministro de economía: «Aguanta, España no es Uganda». Sin duda. Pero ese sms evidenciaba también una debilidad: prueba la angustia que se siente en estos momentos en en España ante la perspectiva de sufrir la misma suerte que otro país mediteráneo: Grecia.
Madrid tiene miedo. Erróneamente, podríamos pensar: el país dispone de un estado que funciona, capaz de subir los impuestos, de imponer reformas. Rajoy sabe que la cura de austeridad sin precedentes que impone a sus compatriotas –65.000 millones en recortes– tendrán sus efectos. Pero de nuevo esta semana, aún aturdidos por el shock presupuestario, los españoles han gritado su desesperación en la calle.
Mes tras mes, la economía se hunde en la recesión. Las cifras son tan alarmantes como en Atenas. Uno de cada dos jóvenes en el paro. Desde 2007 la quiebra de empresas ha subido un 400%.
El país paga por sus años locos, por esa burbuja inmobiliaria, ya explotada, que ha dejado una economía exhausta y una costa desfigurada. La purga llevará años: hay que limpiar los bancos, minados por 184.000 millones de euros de deudas problemáticas. Hay que desendeudar a los hogares cuyas deudas superan sus ingresos. Hay que desintoxicar la economía de su dependencia del sector inmobiliario y de la construcción, gallina de los huevos de oro de la última década, para construir una economía diversificada.
De manera que ¿es realmente necesario añadir a esta penitencia la cura de austeridad actual que, según el premio Nobel de economía Paul Krugman «no tiene ningún sentido»?
Madrid aumenta los impuestos, corta en los gastos: demasiado y mal. Aquí también, como en Grecia, el país toca a la educación; cuando su sitema escolar ya está deteriorado. Congela las inversiones en infraestructuras, reduce los gastos en investigación y desarrollo. En otras palabras, pone en peligro su porvenir económico: precisamente lo que hay que reconstruir. Los españoles dicen «¡esto es un atraco!»: quizá no les falte razón.
Quizá el gobierno conservador esté desvalijando su porvenir. Todo ello para tranquilizar a unos mercados que, evidentemente, no tragan y que hacen pagar a España muy caros su errores del pasado. Todo ello para satisfacer a una Europa que pide a Madrid que se comprometa a bajar el déficit a cualquier precio. Todo ello, finalmente, para que Berlín acepte –cosa que hizo el jueves– financiar con 100.000 millones de euros la recapitalización de los bancos ibéricos amenazados de quibra.
Europa ya ha fracasado dejando a España emborracharse en una década de crecimiento artificial. El BCE había tratado, en vano, de dar la alarma: en Frankfurt se recuerdan fuertes tensiones con Madrid. Europa no debe cometer dos veces el mismo error y dejar al país que se pierda como durante sus años de «fiesta» [en español en el original] de anfetas. No hay que abandonar a España a su suerte.
Tanto arramblar como arramplar son válidas: http://lema.rae.es/drae/?val=arramplar
Por cierto, que el editorial de El País de hoy utiliza términos similares a los de Le Monde (sorpresa e indignación, http://elpais.com/elpais/2012/07/21/opinion/1342894410_363474.html). La verdad, yo no veo la sorpresa por ningún lado.
Editado para incluir la referencia a "El País".