Mar y Guillermo son dos periodistas españoles de edades similares que comparten una historia: dejaron atrás la hiperconectividad y el uso intensivo de la...
pequeño extracto del artículo: "Mucha gente piensa como yo, pero nadie lo hace, porque hace falta estar muy loco o tener mucha pasta. Yo tenía un poco de las dos cosas y me pude permitir pasar dos años viviendo del aire, más o menos"
Eh aquí, la clave de la moda del retiro sabático vipassana de muchos" influencers" (...).
El de Mar es el testimonio de quien sufre las consecuencias del frenesí tecnológico, de la hiperconectividad, y busca la forma de parar, tomar distancia y sanar sus heridas. "Estaba tan enganchada que igual me pasaba dieciséis horas trabajando con ingenieros, haciendo videollamadas con gente de todo el mundo, todo urgente, en conexión permanente... Y al llegar a la cama me pasaba una hora en Facebook"
No descarto que la hiperconectividad tenga ciertos efectos negativos, pero parece que su problema era más bien el exceso de trabajo. Haciendo una jornada laboral de ocho horas, dedicarle una hora al Facebook o a otras redes sociales no parece algo problemático.
No estoy de acuerdo con estos comentarios. En realidad lo que han sufrido esas personas es entender el trabajo, cualquier trabajo, en base a la aceptación social.Quizas el caso más extremo es en los actores: tantas butacas vendes para tu función , tanto vales.
No se puede vivir pendiente de la opinión de los demás
Comentarios
pequeño extracto del artículo: "Mucha gente piensa como yo, pero nadie lo hace, porque hace falta estar muy loco o tener mucha pasta. Yo tenía un poco de las dos cosas y me pude permitir pasar dos años viviendo del aire, más o menos"
Eh aquí, la clave de la moda del retiro sabático vipassana de muchos" influencers" (...).
#5 jaja, me ha recordado al yonki del dinero aquel de la gurtel Valenciana
Chilaba y cachimba
pijos sin problemas
El de Mar es el testimonio de quien sufre las consecuencias del frenesí tecnológico, de la hiperconectividad, y busca la forma de parar, tomar distancia y sanar sus heridas. "Estaba tan enganchada que igual me pasaba dieciséis horas trabajando con ingenieros, haciendo videollamadas con gente de todo el mundo, todo urgente, en conexión permanente... Y al llegar a la cama me pasaba una hora en Facebook"
No descarto que la hiperconectividad tenga ciertos efectos negativos, pero parece que su problema era más bien el exceso de trabajo. Haciendo una jornada laboral de ocho horas, dedicarle una hora al Facebook o a otras redes sociales no parece algo problemático.
Viva el humanismo y los neoluditas...
No estoy de acuerdo con estos comentarios. En realidad lo que han sufrido esas personas es entender el trabajo, cualquier trabajo, en base a la aceptación social.Quizas el caso más extremo es en los actores: tantas butacas vendes para tu función , tanto vales.
No se puede vivir pendiente de la opinión de los demás