Algo más de siete millones de personas, en su mayoría de clases medias y bajas, sufrirán en sus propias carnes el recorte social. Ellos no provocaron la crisis y no han sido el paradigma del derroche de los años del boom económico, pero van a ser los primeros en pagar los ajustes que se suponen necesarios para salir de ella. Más de siete millones de funcionarios, pensionistas, padres con hijos recién nacidos y personas dependientes van a ser los afectados más directos del ahorro de gasto aprobado el jueves por el Gobierno.
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