En España los impuestos representan en el caso del gasóleo más del 50% del precio por cada litro. Teniendo en cuenta que una parte corresponde al IVA -que no se ve afectado-, otra a los impuestos especiales y otra al tramo estatal y autonómico, este incremento podría llegar a suponer un encaremiento de alrededor de dos céntimos por litro, una cantidad que en principio podría parecer imperceptible para el consumidor, pero que supone un fuerte incremento de los ingresos para las arcas públicas, de alrededor de 2.000 millones de euros.
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