"Soy observado todo el tiempo. Me consideran un organizador. Me permiten salir del monasterio entre el mediodía y las dos de la tarde. Pero me siguen", relató el monje budista birmano U Manita. Continúan siendo objeto de sospechas, restricciones e infiltración por parte de unas fuerzas armadas cautelosas en relación a su organización y a su influencia en este país principalmente budista de 54 millones de habitantes. Un total de 237 monjes están en 43 cárceles y 50 campamentos en Birmania, sentenciados a décadas de prisión y trabajos forzados...
|
etiquetas: birmania , myanmar , derechos humanos , militares , asia , budismo