Tres millones de españoles se desplazan a diario pedaleando por las ciudades. Ya no es solo una moda. Por cada golpe de pedal, un céntimo de ahorro. Por cada nuevo ciclista, un mordisco al déficit y un empujón a la economía nacional. El uso de la bicicleta, cada vez más extendido en España —tres millones la usan a diario— se ha convertido, en una carrera más de fondo que de velocidad, en un probado elemento de ahorro que algunas administraciones y empresas, aunque tímidamente, comienzan a tener en cuenta.
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"Aunque no existe en España un estudio específico sobre el impacto económico de la bicicleta, otros países sí lo han hecho. Es el caso de un amplio trabajo de la London School of Economics, que en 2010 estimó en 3.557 millones la aportación de la bici a la economía del Reino Unido. Su aproximación es transversal, y trata de sumar tanto lo que aporta la industria de las dos ruedas, como el alivio que supone para el transporte público y la congestión viaria, el ahorro en el sistema sanitario, la contribución al medio ambiente o, de manera más concreta, lo que dejan de gastar las empresas en absentismo laboral. Puede parecer anecdótico, pero ayuda a comprender el impacto directo de la bici: los trabajadores que pedalean están más sanos y enferman menos. Consecuencia: menos bajas. Solo en Reino Unido representa un ahorro de 156 millones al año."
No es "solución anticrisis" es "obligación por la crisis".
En Valencia, desde que está el Valenbisi (desde hace un año y poco) es una barbaridad la cantidad de ciclistas que hay...
Muchos la empiezan a coger por economía, es una forma como cualquier otra de empezar a descubrir todas las ventajas de la bici. Y aunque ya no use la bici sólo por el dinero que me ahorro, da gustito echar cuentas al cabo de un tiempo. Si resulta que el ahorro es para todos, mejor que mejor.
Acabo de volver a casa en bici pública, y eso que llovía, pero me apetecía, he llegado en un momento y tan pancho, y no lo he hecho por ahorrarme el bus.