Hace 4 años | Por pinkix a atlanticaxxii.com
Publicado hace 4 años por pinkix a atlanticaxxii.com

En marzo de 2014, en su número 31, ATLÁNTICA XXII ya denunciaba la situación laboral de la fábrica. Desde entonces, poco han cambiado las cosas. Según los empleados de la contrata vasca Nervión Industries, que gestiona las instalaciones gijonesas, el año pasado se registraron unos 300 accidentes laborales, cifra que hizo que “viniera el prevencionista de Bilbao para dar un toque”. La cantidad de sanciones acumuladas por Inspección de Trabajo en 2018 supera los 800.000 euros.

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Las secuelas del aluminio en su grado más leve provocan irritación, sabor metálico, dolores de cabeza, escalofríos, opresión en el pecho y tos. “Pueden no presentarse hasta varias horas después de la exposición y suelen durar de uno a dos días”. Pero la exposición al polvo fino “puede causar cicatrices pulmonares (fibrosis pulmonar)”. Además, “el polvo de aluminio es un sólido inflamable y presenta un grave peligro de incendio”, según indican los estudios al respecto del departamento de Salud de New Jersey (EE UU), especializado en el tema.