El árbitro malagueño de fútbol base Ángel Jiménez, creador de la iniciativa "Deporte sin insultos", interrumpe los partidos de fútbol en los que pita cuando se falta el respeto a los jugadores, entrenadores o árbitros para educar a quienes están en las gradas y así evitar la violencia en el deporte. Jiménez, cuando volvió a arbitrar tras una pausa de varios años, decidió que si lo iba a hacer, lo haría siempre bajo la educación y el respeto, "valores que parece que en el campo de fútbol se pierden y que son imprescindibles para el deporte".
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