Flor Baena llevaba toda la vida luchando por limpiar el nombre de su hermano, Xosé Humberto Baena, uno de los últimos cinco fusilados del franquismo. Medio siglo después de la ejecución, ha conseguido que el Estado escriba “la palabra asesinado donde decía asesino”. Acaba de recibir, firmado por el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, un documento de “reconocimiento y reparación personal” que declara “ilegal e ilegítimo el tribunal” que juzgó a Baena, “así como ilegítima y nula la condena dictada” contra