Es bien sabido que, desde un punto de vista filosófico, la posmodernidad irrumpió como la muerte de los llamados “grandes relatos”: las construcciones ideológicas que suministraban explicaciones omnicomprensivas de la realidad: las religiones, el patriotismo, el marxismo, el progresismo, etc. Todas estas construcciones ideológicas eran, huelga decirlo, mortalmente serias . A partir de los años setenta del pasado siglo la posmodernidad introdujo un elemento de juego, de aleatoriedad y de cinismo en un mundo en el que la Verdad …
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