Suena el despertador. Como otros días. O al menos como cinco de los siete días de la semana. Hoy era lunes y es este el momento del día en el que uno más se arrepiente de no haber aprovechado el tiempo durante el fin de semana o de no haber dormido lo suficiente. Y eso es lo que piensa, en este instante, Susana. Se levanta, se ducha a treinta grados, se cepilla los dientes, se viste y mira el reloj. Aún quedan veinte minutos antes de salir camino al trabajo, diez más de los habituales ¿de dónde ha podido sacar tanta …