Caminamos enfocando la mirada en cinco pulgadas, a ritmo de un me gusta, un retweet o un emoticono, obviando el paisaje y el entorno de la ciudad. Por las calles subsisten personas que no entran en el sistema, vagabundeando en la intemperie a las que pasamos por alto, y digo pasamos, porque soy uno más de este colectivo, del que no levanta la vista, que no quiere mirar ni entrometerse, es un problema ajeno, no me pertenece. Sí echamos un vistazo y miramos más allá de Instagram, Facebook o Twitter, nos topamos con personas sin perfiles, sin seguidores y …