#11 pero son los opinólogos los que más quiere ver la gente, y Escolar vive de vender noticias a la gente.
Hay periodistas serios, con su visión de las cosas, pero tratan de no infantilizar los argumentos, pero son menos llamados en los medios y poco seguidos en las rrss. En cambio, aquellos que hacen de cada comentario un pequeño circo, y que son más rotundos y cerrados en todo, pueblan las televisiones.
#5 En eso coinicidmos plenamente. Lo de meter personajes forzados es una maldición.
Lo dle tarot, o los datos, o todas esas opciones que nos da @lenari no dejan de ser juegos divertidos para ayudar a la inspiración. La cosa da de sí.
#7 . A estas edades, me dicen de hacer algo concreto (2+2=4) y yo les hago unas derivadas. Osease, me da igual. No hay notas finales, ni exámenes, ni tutorías de padres. Hasta ahí podríamos llegar.
#3 Es que me viene al pelo para los ejercicios que nos pone la profe en el taller de escritura creativa en el que estoy inscrita. Gracias de nuevo! A ti y a @Feindesland
Comparto este relato antes de seguir soltando el rollo junto a @ContinuumST sobre el narrador, la idea y demás. En vez de poner relatos míos, que ya he puesto muchos, voy ver si encuentro algunos verdaderamente buenos, de los maestros.
Este lo escribió el Neruda auténtico en 1875 y se considera una obra maestra del relato breve.
#47 Pues no sé, nunca he probado ni el turrón ancestral (sin azúcar. Sólo con miel como edulcorante), ni la melaza.
La única persona q conozco que ha probado el turrón ancestral (u original, vamos), me dijo que es mucho menos dulce de lo que estamos acostumbrados actualmente (recordemos que la mayoria de turrones llevan más de un 20% de azúcar, que no es poco).
De ello imagino que el turrón ancestral debe ser menos dulce que la melaza. Pero no lo sé.
#11 Vah ya estas tergiversando porque los extranjeros apenas representan una misera parte del total, por ejemplo hay muy pocos subditos del sultan de Brunei con ojos claros y de mas de metro noventa que compren piso en Galapagar
#10 no puedo estar más de acuerdo con el artículo, no hace falta un estudio: un trabajador descansado y contento trabaja con otra carita, atiende mejor a los clientes, colabora mejor con otros compañeros, está más enfocado en lo que hace, es más detallista, la memoria trabaja a varios niveles (recuerdas cosas casi imperceptibles) y en definitiva, rindes más y eres más rentable que un trabajador que se ausenta del trabajo porque no puede más. En el hotel teníamos cierta flexibilidad horaria, la única norma era hacer tus horas mensuales (40 a la semana) y que el turno siempre estuviera cubierto, da igual por quien. Y por supuesto, avisar con antelación.
Sólo me pidieron hacer horas extra UNA vez, por adelantado y por escrito, y me devolvieron lo que establece el convenio para esos casos. Al resto de mis compañeros igual, sin excepción. Y se adoptó el pique a dedo al menos desde 2014, si había dudas podías imprimir tus horas fichadas.
#9 Ambos libros están en mis favoritos desde que los leí, y ambos los he leído más de dos veces, al menos.
Las películas ya es otro tema, pero dejando a un lado que es imposible plasmar un libro en una peli, que siempre será una adaptación con muchos "compromisos", ambas son "pasables", El perfume lo tiene mucho más jodido, eso sí, pero tampoco hicieron un trabajo nefasto, estilo R.R. Martin
La parte en latín de El nombre de la rosa es fantástica, especialmente la frase del final, que casi todos traducen mal ( y es fácil hacerlo ).
#12 Un ejercicio muy interesante que nos puso el mejor profe de lengua y literatura que he tenido ( y también el que pero estaba de la cabeza ) es escribir la misma página de un relato con diferentes tipos de narrador, en primera persona, en segunda, narrador omnisciente, etc.
Según lo que elijas, te pone en un brete, pero te enseña bastante bien las diferencias de forma práctica e inmediata.
PD: Aunque yo era un lector compulsivo en aquella época y casi todos los autores que nos presentaba ya los tenía trillados, este joven profesor me descubrió a Gil de Biedma, que era su autor favorito, y se lo agradezco desde aquí.
#15 lo de "soy artesano, no artista" me ha llegado al alma... Yo diría que artistas somos todos desde niños, pero artesanos solamente aquellos que terminan bajándose al barro de verdad. Me ha hecho gracia, porque en mi faceta de programador, siempre digo lo mismo también, que soy más artesano que gurú, artista o académico.
#5 Con el tiempo la serie me resultó amena, y la seguí, a pesar de ese pequeño salto, y fueron mejorando algunos detalles, pero ese no es el tema, sino la impresión que me dió en un principio, y mi sorpresa al ver que para mis mayores, sí reflejaba bien la época.
Algo que reflexioné ayer mientras escribía el comentario al que contestas, es que quizá yo no era adulto en aquella época, y me parecían "demasiado modernas e impostadas" ciertas actitudes, pero luego al ir haciéndome adulto he entendido otras cosas, y quizá era yo el que desconocía la realidad. No lo sé, lo dejaré en tablas esta vez.
Es curioso que menciones El nombre de la rosa, porque iba a mencionarlo yo también en ese comentario, pero no quería escribir otro tostón.
No, tampoco es creíble para nada, aunque se esfuerza infinitamente más, y con mucho más criterio, para que así sea, Guillermo aparece como muy adelantado a su tiempo ( yo hablo del libro, de todos modos ), aunque dicho sea de paso, también hubo gente muy adelantada a su tiempo, y su actitud podría no diferir tanto de la nuestra. Uno de mis mayores placeres es reconocer la semejanza en gente que vivió y escribió hace eones, incluso en culturas muy distintas.
Pero en definitiva, la novela cumple exquisitamente con el ambiente, salvo por el sabueso de Guillermo ( pun intended ), y aún así aceptamos el marco y seguimos, que es en lo que se resume el contrato.
No conozco a ningún espía, así que me lo tengo que inventar con lo que he leído, PERO le puedo dar la personalidad de tía Enriqueta Genial...
Sobre este punto de la suspensión de la incredulidad, me gustaría apuntar que aunque la gente siga las reglas ( aunque no siempre ) sucede a menudo que el "ambiente" no es creíble, puedes no meter magia en Cuéntame, y sin embargo que la forma de hablar, de reaccionar, incluso de andar, no te parezca creíble.
Comento ese caso en concreto porque al principio me asombraban las buenas críticas sobre lo bien que estaba basada la serie, porque a mí me chirriaba. Luego con el paso de los años me acostumbré y lo acabe viendo, porque de alguna manera acepté en ese contrato que era una ficción, digamos que acepté un poco "la magia" en una serie costumbrista.
Me pasa muchísimo con casi todo lo que intenta reflejar el pasado. Con el reciente, porque lo viví y lo recuerdo, y lo recuerdo muy distinto.
Con el pasado algo más remoto, porque es muy muy difícil de "plagiar", y además cuanto más creíble y realista fuera con este "contrato", más infumable haría la obra.
Pero en cualquier caso, reflejar el ambiente es de las partes más complicadas de este "contrato".
PD: Muy buen artículo, escueto pero claro y ameno.
#0 Un artículo genial, al que no cambiaría ni una coma, y que resume con sentencias geniales algo que siempre hemos sospechado de nosotros mismos. Un artículo genial, pero con el que no estoy de acuerdo.
Salvo por la vulgarización o banalización de lo que debería ser algo un poco más trascendental - que lo es - el hecho de que cualquiera pueda no ya escribir, sino publicar, y que le demos más importancia a escribir que a la lectura, no deja de ser la epifanía de una necesidad que siempre ha estado latente. Se demuestra que no sólo necesita escribir el "especial", el erudito, el profundo. La necesidad, dado el caso, la tenemos todos, y todos necesitamos "casito", aunque no todo el mundo tenga las mismas cosas que decir ( o peor, aunque todos tengamos lo mismo que decir )...
La multiplicación no debería austarnos. La IA tampoco. Cuando yo empecé a escribir competía ya con miles de años de historia, con autores que harían llorar a una piedra, con una profusión de… » ver todo el comentario
Yo estoy en un taller de escritura (por primera vez en mi vida) desde hace un par de meses. Siempre me ha gustado desahogarme a través de la palabra escrita lo que tenía dentro y no sabía expresar con la palabra oral. De hecho este verano he leído uno a uno los más de treinta y tantos tomos de agendas que llevaba escribiendo desde el año noventa y uno. Ha sido una tarea ardua y laboriosa pero me he dado cuenta de lo mucho que he evolucionado y de los aprendizajes y aventuras que como ser humano he vivido, a la fuerza o con gusto.
También llevé un blog durante un par de años (de los famosos blogspot) en el que plasmaba casi a diario mis pequeñas (o grandes) paranoias sobre cualquier tema que me llamara la atención. También lo releí hace poco y pensé que tampoco lo hacía tan mal.
Lo de la terapia hablada con un especialista lo he vivido durante un buen puñado de años. Y aunque ha ayudado mucho a conocerme mejor, creo que esta fiebre de escribir la arrastraré siempre. No lo hago por fama, ni por ansia de notoriedad, ni siquiera para que me lea alguien, sino para seguir viviendo. La palabra escrita me permite seguir viva.
La experiencia del taller me está gustando mucho. He coincidido con gente con la que comparto esta fiebre y me está calmando, sosegando. Quizás me permita comprobar que tampoco es tan grave esta enfermedad de las palabras.
Muchas gracias, @Feindesland por tus textos de los que siempre aprendo algo. Gracias.
Para el trabajo es entendible que haya que tirar de las riendas, pero para todo lo demás... No sé, la libertad y el descubrimiento son de lo mejor de esta profesión, por llamarlo de alguna manera.
Puf... sigo pensando, sintiendo que me queda mucho, pero mucho que aprender
A todos. Cada vez que escribes tres palabras nuevas en un rapto, entras en un terreno desconocido, en el que vuelves a ser un principiante.
Aunque te acompañen las cuatro legiones de tus miles de experiencias previas, esto nunca es un "voy a aplicar lo que sé, y con eso completo el trabajo", para nada. Ni aunque aspires a un Planeta ya concedido.
A veces, no busco, fíjate, a veces... "encuentro". Y es estupendo.
A eso me refería. Los mayores placeres de la escritura no los he encontrado intentando hacer algo concreto y consiguiéndolo, sino peleándome con intuiciones, con ideas vagas, y en algún momento inoportuno,… » ver todo el comentario
#2 Ya comenté en la primera parte de este "curso de estética paracaidista" que en mi caso las historias se escriben solas, y me intriga saber cómo continúan, y me asombra que tengan coherencia ( www.meneame.net/story/desguace-escritura-i/c013#c-13 ).
Sobre todo me asombra el tema de la coherencia, ya que escribo fragmentos sueltos que no son página uno, página dos, página tres... Sino retazos de una novela que está ( creo ) en mi cabeza, y corresponden a capítulos muy distintos. Y según voy escribiendo más, veo que son coherentes entre sí, aunque haya escrito al principio las páginas uno, quince, doscientos y la treinta y cuatro.
El tema es que voy intuyendo cosas, según van "apareciendo" nuevos fragmentos, y soy yo el que tiene que ir aprendiendo de la novela qué sucede, cuáles son los personajes y sus motivaciones, su pasado, etc, para no perderme, en lugar de ser al contrario.
Yo siempre me planteé la narrativa como se comenta en estos artículos,… » ver todo el comentario
#4 y #0: me da últimamente un asco el realismo mágico que no os lo podéis imaginar, ¿va por ahí lo de los milagros?
Me gusta cuando lo hacen los maestros, los auténticamente buenos. Pero la mayoría de veces lo veo como un recurso manido para justificar deus ex machina, o para dar algo de sabor a una trama que no se sostiene por sí sola.
El realismo mágico es, en suma, la reducción de vinagre de Módena de la literatura. Algo en su día novedoso, original y de calidad que una vez hecho popular se usa sin ton ni son como aderezo más estético que gustativo para los platos sosos.
Yo no me considero escritor, porque he publicado un ensayo (pronto el segundo) y es un género que es, por definición, poco literario. De todas formas, escribo como afición y poco más. Eso sí, como bien apuntas, es cierto que es imposible separar ambas cosas: si solo vas al turrón, puedes aburrir hasta a las ovejas y es imposible contar una historia sin reflejar en ella como ves el mundo.
El próximo proyecto que tengo en mente sí es una novela, así que me va como anillo al dedo vustras reflexiones sobre el asunto.
Hay periodistas serios, con su visión de las cosas, pero tratan de no infantilizar los argumentos, pero son menos llamados en los medios y poco seguidos en las rrss. En cambio, aquellos que hacen de cada comentario un pequeño circo, y que son más rotundos y cerrados en todo, pueblan las televisiones.
Para dar sentencias está el lector, no el que escribe.
#41
Lo dle tarot, o los datos, o todas esas opciones que nos da @lenari no dejan de ser juegos divertidos para ayudar a la inspiración. La cosa da de sí.
Este lo escribió el Neruda auténtico en 1875 y se considera una obra maestra del relato breve.
Espero que os guste.
La única persona q conozco que ha probado el turrón ancestral (u original, vamos), me dijo que es mucho menos dulce de lo que estamos acostumbrados actualmente (recordemos que la mayoria de turrones llevan más de un 20% de azúcar, que no es poco).
De ello imagino que el turrón ancestral debe ser menos dulce que la melaza. Pero no lo sé.
Sólo me pidieron hacer horas extra UNA vez, por adelantado y por escrito, y me devolvieron lo que establece el convenio para esos casos. Al resto de mis compañeros igual, sin excepción. Y se adoptó el pique a dedo al menos desde 2014, si había dudas podías imprimir tus horas fichadas.
En cambio en el trabajo donde peor me han tratado… » ver todo el comentario
Las películas ya es otro tema, pero dejando a un lado que es imposible plasmar un libro en una peli, que siempre será una adaptación con muchos "compromisos", ambas son "pasables", El perfume lo tiene mucho más jodido, eso sí, pero tampoco hicieron un trabajo nefasto, estilo R.R. Martin
La parte en latín de El nombre de la rosa es fantástica, especialmente la frase del final, que casi todos traducen mal ( y es fácil hacerlo ).
Según lo que elijas, te pone en un brete, pero te enseña bastante bien las diferencias de forma práctica e inmediata.
PD: Aunque yo era un lector compulsivo en aquella época y casi todos los autores que nos presentaba ya los tenía trillados, este joven profesor me descubrió a Gil de Biedma, que era su autor favorito, y se lo agradezco desde aquí.
#15 lo de "soy artesano, no artista" me ha llegado al alma...
Algo que reflexioné ayer mientras escribía el comentario al que contestas, es que quizá yo no era adulto en aquella época, y me parecían "demasiado modernas e impostadas" ciertas actitudes, pero luego al ir haciéndome adulto he entendido otras cosas, y quizá era yo el que desconocía la realidad. No lo sé, lo dejaré en tablas esta vez.
Es curioso que menciones El nombre de la rosa, porque iba a mencionarlo yo también en ese comentario, pero no quería escribir otro tostón.
No, tampoco es creíble para nada, aunque se esfuerza infinitamente más, y con mucho más criterio, para que así sea, Guillermo aparece como muy adelantado a su tiempo ( yo hablo del libro, de todos modos ), aunque dicho sea de paso, también hubo gente muy adelantada a su tiempo, y su actitud podría no diferir tanto de la nuestra. Uno de mis mayores placeres es reconocer la semejanza en gente que vivió y escribió hace eones, incluso en culturas muy distintas.
Pero en definitiva, la novela cumple exquisitamente con el ambiente, salvo por el sabueso de Guillermo ( pun intended ), y aún así aceptamos el marco y seguimos, que es en lo que se resume el contrato.
Sobre este punto de la suspensión de la incredulidad, me gustaría apuntar que aunque la gente siga las reglas ( aunque no siempre ) sucede a menudo que el "ambiente" no es creíble, puedes no meter magia en Cuéntame, y sin embargo que la forma de hablar, de reaccionar, incluso de andar, no te parezca creíble.
Comento ese caso en concreto porque al principio me asombraban las buenas críticas sobre lo bien que estaba basada la serie, porque a mí me chirriaba. Luego con el paso de los años me acostumbré y lo acabe viendo, porque de alguna manera acepté en ese contrato que era una ficción, digamos que acepté un poco "la magia" en una serie costumbrista.
Me pasa muchísimo con casi todo lo que intenta reflejar el pasado. Con el reciente, porque lo viví y lo recuerdo, y lo recuerdo muy distinto.
Con el pasado algo más remoto, porque es muy muy difícil de "plagiar", y además cuanto más creíble y realista fuera con este "contrato", más infumable haría la obra.
Pero en cualquier caso, reflejar el ambiente es de las partes más complicadas de este "contrato".
PD: Muy buen artículo, escueto pero claro y ameno.
Salvo por la vulgarización o banalización de lo que debería ser algo un poco más trascendental - que lo es - el hecho de que cualquiera pueda no ya escribir, sino publicar, y que le demos más importancia a escribir que a la lectura, no deja de ser la epifanía de una necesidad que siempre ha estado latente. Se demuestra que no sólo necesita escribir el "especial", el erudito, el profundo. La necesidad, dado el caso, la tenemos todos, y todos necesitamos "casito", aunque no todo el mundo tenga las mismas cosas que decir ( o peor, aunque todos tengamos lo mismo que decir )...
La multiplicación no debería austarnos. La IA tampoco. Cuando yo empecé a escribir competía ya con miles de años de historia, con autores que harían llorar a una piedra, con una profusión de… » ver todo el comentario
También llevé un blog durante un par de años (de los famosos blogspot) en el que plasmaba casi a diario mis pequeñas (o grandes) paranoias sobre cualquier tema que me llamara la atención. También lo releí hace poco y pensé que tampoco lo hacía tan mal.
Lo de la terapia hablada con un especialista lo he vivido durante un buen puñado de años. Y aunque ha ayudado mucho a conocerme mejor, creo que esta fiebre de escribir la arrastraré siempre. No lo hago por fama, ni por ansia de notoriedad, ni siquiera para que me lea alguien, sino para seguir viviendo. La palabra escrita me permite seguir viva.
La experiencia del taller me está gustando mucho. He coincidido con gente con la que comparto esta fiebre y me está calmando, sosegando. Quizás me permita comprobar que tampoco es tan grave esta enfermedad de las palabras.
Muchas gracias, @Feindesland por tus textos de los que siempre aprendo algo. Gracias.
Para el trabajo es entendible que haya que tirar de las riendas, pero para todo lo demás... No sé, la libertad y el descubrimiento son de lo mejor de esta profesión, por llamarlo de alguna manera.
Puf... sigo pensando, sintiendo que me queda mucho, pero mucho que aprender
A todos. Cada vez que escribes tres palabras nuevas en un rapto, entras en un terreno desconocido, en el que vuelves a ser un principiante.
Aunque te acompañen las cuatro legiones de tus miles de experiencias previas, esto nunca es un "voy a aplicar lo que sé, y con eso completo el trabajo", para nada. Ni aunque aspires a un Planeta ya concedido.
A veces, no busco, fíjate, a veces... "encuentro". Y es estupendo.
A eso me refería. Los mayores placeres de la escritura no los he encontrado intentando hacer algo concreto y consiguiéndolo, sino peleándome con intuiciones, con ideas vagas, y en algún momento inoportuno,… » ver todo el comentario
Sobre todo me asombra el tema de la coherencia, ya que escribo fragmentos sueltos que no son página uno, página dos, página tres... Sino retazos de una novela que está ( creo ) en mi cabeza, y corresponden a capítulos muy distintos. Y según voy escribiendo más, veo que son coherentes entre sí, aunque haya escrito al principio las páginas uno, quince, doscientos y la treinta y cuatro.
El tema es que voy intuyendo cosas, según van "apareciendo" nuevos fragmentos, y soy yo el que tiene que ir aprendiendo de la novela qué sucede, cuáles son los personajes y sus motivaciones, su pasado, etc, para no perderme, en lugar de ser al contrario.
Yo siempre me planteé la narrativa como se comenta en estos artículos,… » ver todo el comentario
Me gusta cuando lo hacen los maestros, los auténticamente buenos. Pero la mayoría de veces lo veo como un recurso manido para justificar deus ex machina, o para dar algo de sabor a una trama que no se sostiene por sí sola.
El realismo mágico es, en suma, la reducción de vinagre de Módena de la literatura. Algo en su día novedoso, original y de calidad que una vez hecho popular se usa sin ton ni son como aderezo más estético que gustativo para los platos sosos.
Edit, y fuiste tú el que me dijiste lo del ethos en este jaja www.meneame.net/m/relatocorto/sara
Yo no me considero escritor, porque he publicado un ensayo (pronto el segundo) y es un género que es, por definición, poco literario. De todas formas, escribo como afición y poco más. Eso sí, como bien apuntas, es cierto que es imposible separar ambas cosas: si solo vas al turrón, puedes aburrir hasta a las ovejas y es imposible contar una historia sin reflejar en ella como ves el mundo.
El próximo proyecto que tengo en mente sí es una novela, así que me va como anillo al dedo vustras reflexiones sobre el asunto.
Nos leemos...