Las mineras lanzaron un operativo sobre los medios de comunicación que se editan en Buenos Aires. La tarea ya no está limitada a los acuerdos con las empresas editoras. Ahora quieren conquistar el corazón de los periodistas rasos, organizando seminarios de dudosa seriedad y viajes amables (todo pago). La operación se completa con el desmantelamiento de cualquier organización sindical que cuestione el orden establecido. La inversión comunicacional trata de silenciar los conflictos sociales que les impidan avanzar con una explotación exitosa.
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