El presidiario volvía tranquilamente en un autobus a su cárcel, tan tranquilamente que se quedó dormido y se pasó de parada. El joven se asustó y llevó a cabo la única solución que se le pasó por la mente para volver a prisión: robar un coche, total ya estaba sufriendo condena, un robo más un robo menos no era gran cosa
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