En el patio del colegio hay un niño que no juega al fútbol, que no corre, en definitiva, que no se mueve. Es un chaval obeso, pero sus compañeros le llaman 'gordo'. "Querer encerrar a los padres de ese niño y meterlo a él en un centro de menores es tratarlos como si fueran criminales". "Si empiezan a encerrar a los niños gordos, después encarcelarán a los tuertos y luego la persecución se extenderá y todo se convertirá en algo absurdo, cuando en verdad lo que tendrían que hacer es meter en prisión a los imbéciles".
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