Hace 10 años | Por --369023-- a elcorreo.com
Publicado hace 10 años por --369023-- a elcorreo.com

La muerte no suele llegar nunca en buen momento, pero, desde el punto de vista de la posteridad, la de Félix Faure fue particularmente inoportuna. Por su culpa, el nombre de este presidente de Francia quedó unido de manera indisociable al de una de sus amantes. Aquel 16 de febrero de 1899, como casi todos los días, el jefe del Estado recibía en el Elíseo a Marguerite Steinheil, esposa de un conocido pintor y muy conocida en los círculos sociales parisinos.

Comentarios

Bayebadetriboga

Ya me extrañaba ese titular para El Correo, como que se lo ha inventado #0

D

Pues parece infinitamente más interesante la vida de Marguerite Steinheil que la del mindundi de presidente ese.