La historia está llena de personajes que eligieron pasar a la posteridad no por su talento, sino por su capacidad para destruir lo bello y lo valioso que les rodeaba. El año 356 a.C, por ejemplo, Eróstrato quemó el templo de Artemisa; en los años 50 del siglo XX, el monje budista Hayashi Yoken prendió fuego al Pabellón Dorado Kinkaku-ji de Kioto y el 8 de diciembre de 1980, Mark David Chapman decidió hacerse famoso por asesinar a John Lennon.
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Anonimato es la clave
Desde ahi puedes hacer o decir o pensar cosas que harian que dios y el diablo firmen una alianza