El edil insinuó que la mujer buscaba "prestaciones". Los prejuicios son duros de roer. Y en Francia, más. Un tribunal francés tuvo que intervenir la semana pasada para obligar al receloso alcalde de Loudéac a celebrar la boda civil de la hispano-marroquí Kamar El Hajji Safadi y el marroquí Adil Doubi, ambos residentes en este municipio galo del oeste del país. El alcalde de esa localidad de Bretaña, el derechista Gérard Huet, se había negado a oficiar la boda afirmando que veía "algo poco claro" en los novios e insinuando que estos intentaba
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