Los paneles recolectores de energía, que se presentan en la última edición de la revista 'Science', absorben la máxima cantidad de posible de luz (hasta un 80%) a lo largo de toda su superficie y la concentran en un solo punto, situado en el extremo del vidrio, donde hay una placa fotovoltaica que transforma el calor del Sol en energía eléctrica. La luz que, aún así, atraviese este primer panel, todavía podría recogerse con un segundo cristal interior, que haría más eficiente el sistema.
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