Yo tengo algo de lector compulsivo. Pero, si no fuera así, este anuncio del Book Council de Nueva Zelanda me animaría a leer algún libro de esos de tinta y papel. Además, me encanta que una industria que peligra por los avances técnicos haga frente a la situación, aunque sólo sea echándole imaginación a la publicidad, en lugar de echarse a llorar y enviar unos agentes de negro a recaudar derechos de autor.
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