Si hay un componente que define hoy a los smartphones modernos, ese es la cámara. Para muchos usuarios, la calidad fotográfica es el principal argumento de compra; para otros, una cámara siempre presente es un riesgo. Y ahí es donde aparece un mercado inesperado: el del iPhone sin cámara.
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No se trata de prototipos de laboratorio ni de versiones oficiales de Apple. Existen empresas —NonCam es la más citada— que venden iPhone modificados o kits de conversión para retirar por completo las lentes frontales y traseras y cerrar la carcasa con una tapa lisa. El resultado es un terminal que, a simple vista, es un iPhone, pero incapaz de tomar fotos.
No es oficial, y claro... costará más caro, porque hay que comprarlo y luego adaptarlo
Y si el problema es que no te fías de que saquen fotos, entonces hay mil maneras aparte del móvil.