Enmanuel Teteeh, de Ghana, observa cómo su país demanda servicios de Internet. Como es emprendedor, crea una empresa para hacer webs a los empresarios locales. La demanda se dispara. La empresa tiene 22 empleados. Al mismo tiempo, una ONG alemana comienza a regalar páginas web a todas las empresas africanas que lo solicitan. Y la próspera compañía de Teteeh termina quebrando. El hecho describe perfectamente la ineficiencia de determinadas ayudas de los países desarrollados. Las remesas de los inmigrantes, son más efectivas para crear riqueza.
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