Antonio de Gaztañeta e Iturribalzaga, nacido en la villa guipuzcoana de Motrico (hoy Mutriku) a mediados del siglo XVII, participó en no pocas acciones bélicas, destacando su habilidad al frente de la Flota de Indias para esquivar al enemigo inglés. Pero sobre todo destacó como ingeniero naval, al diseñar los recios barcos de la injustamente denostada armada de Carlos II, capaces de navegar, casi literalmente, contra viento y marea.
El palacio Arrietakua, que fue propiedad del almirante Gaztañeta, se puede visitar en determinados días con una visita guiada muy detallada para ver ropas, mapas, muebles y conocer la historia de su familia. Las visitas se organizan dentro del marco del Geoparque de la costa vasca https://geoparkea.eus/es/visitas-guiadas/palacio-arrietakua
El arma más temible de este hombre eran sus apellidos. A la que sus enemigos acababan de pronunciarlos se habían ahorcado con sus propias lenguas. Vaya trabalenguas.
Un barco espléndido, especialmente para misiones diplomáticas. Se planta en la boca del puerto con sus 94 cañones y seguro que el almirante es recibido con mucha amabilidad. En contrapartida, debía costar un ojo de la cara en mantenimiento. Y a pesar de su enorme tamaño para la época, me pregunto dónde se metían 923 personas ahí, entre tripulación y "marines".
Comentarios
El palacio Arrietakua, que fue propiedad del almirante Gaztañeta, se puede visitar en determinados días con una visita guiada muy detallada para ver ropas, mapas, muebles y conocer la historia de su familia. Las visitas se organizan dentro del marco del Geoparque de la costa vasca https://geoparkea.eus/es/visitas-guiadas/palacio-arrietakua
Muy interesante, sobre todo por la cantidad de fotos que han puesto para ilustrar la noticia
#2 eres un c.....
Me has hecho volver a abrir el artículo
#2 Es que es una columna de prensa, que normalmente llevan una sola o incluso ninguna.
El arma más temible de este hombre eran sus apellidos. A la que sus enemigos acababan de pronunciarlos se habían ahorcado con sus propias lenguas. Vaya trabalenguas.
Decepción de meneo. No da ningún detalle y hace comparaciones con la catedral de San Sebastián que las entenderá quien sea de ahí.
Un barco espléndido, especialmente para misiones diplomáticas. Se planta en la boca del puerto con sus 94 cañones y seguro que el almirante es recibido con mucha amabilidad. En contrapartida, debía costar un ojo de la cara en mantenimiento. Y a pesar de su enorme tamaño para la época, me pregunto dónde se metían 923 personas ahí, entre tripulación y "marines".
Hoy, como ayer, Mutriku.