Esta debe ser una de las sentencias más curiosas con la que nos podemos encontrar. Jesús M. A. se encontraba en una cafetería de La Coruña bajo los efectos del alcohol, cuando comenzó a molestar a los clientes, quienes le pidieron que se fuese. Como él no quería salir a la calle, el propietario del local reclamó la presencia de la Policía Local, que desplazó una patrulla al lugar. A cada pregunta de los agentes, el sujeto respondía con una sonora ventosidad.
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