Ann McDonald, una escocesa de 60 años con tres nietos, tiene un problema de tiroides que dio lugar a que todo su pelo se le cayera hace tres años. Desde entonces se ha gastado mucho dinero en pelucas y tocados, prendas que ahora han acabado en el trastero en favor de un tatuaje permanente que le cubre toda la cabeza.
Comentarios
¡La abuela Matamoros!
Una solución.
Pues semejante tatuaje, y además sobre el cráneo le debió haber dolido un pelín, ole la abuela!!
#5 Ya, pero ¿has visto la última foto? Está mejor ahora!!!!
#6 Los caminos del ser humano son inescrutables
Pobre mujer
#1 pobre por que?, mira la cara de felicidad en la primera foto.
#4 No es muy habitual que una mujer se quede calva
#5 Si no estuviéramos tan pendientes de cánones estéticos el tener pelo o no debería ser irrelevante.