#11 hay marcas que dan garantías largas sobre la batería pero las nuevas te entran dudas sobre si existirá la marca cuando toque recurrir a la garantía. Y las tradicionales... Lo mismo por otros motivos
#11 Es una opinión como cualquier otra porque realmente ningún dictador piensa en otros antes que en sí mismo, por lo general es primero ellos luego los suyos y si queda algo, el pueblo.
#11 como lo de los buscas, como cargarse lanchas de supuestos narcos en el caribe, como una miriada de operaciones encubiertas rusas de sabotaje * , ...
#11 Pero cada familia tenía su habitación aunque vivieran todos en la misma habitación que era como un piso, pero "compañeros de piso con 50" es un fenómeno nuevo.
#11 Es que esa es la estafa del turismo. Que te venden que son beneficios para los vecinos, pero al final se va todo fuera. A los vecinos solo les quedan las molestias, los ruidos y la gentrificación.
#11 Diran que fueron 4 ucranianos borrachos con un coche de alquiler y aqui paz y después gloria
Te acuerdas de la primera parte ambientada en el baltico ?
#11 El problema con tu comentario es que minimiza un problema estructural, utiliza un falso equilibrio para equiparar dos fenómenos de magnitud muy diferente (viogen y denuncias falsas), e invalida la experiencia de miedo que es colectiva para las mujeres.
Reconocer la naturaleza desproporcionada de la violencia de género no es "etiquetar a la mitad de la población"; es ser precisos para poder solucionar un problema que tiene un claro patrón de género. 1 de cada 5 mujeres ha sufrido violencia de género a lo largo de su vida. Teniendo en cuenta que las mujeres sin pareja no entran en esta estadística, me parece que los datos hablan por sí mismos:19.3%, ajustado a un 22% de riesgo individual en caso de tener pareja. Las estadísticas por denuncia falsa ni se le acercan.
Miedo han tenido las mujeres a lo largo de los siglos. Ellas comprenden a los hombres que tienen miedo mejor que nadie: saben perfectamente lo que es temer lo que una persona del otro sexo pueda hacerles.
Repito, no es una guerra de sexos: es otorgar la debida protección a la víctima y el debido castigo al victimario para acabar de una vez con esta espiral de violencia.