Con la crisis se multiplica el número de personas que duerme en la vía pública, pero también los esfuerzos de los ayuntamientos para invisibilizar en la medida de los posible su presencia en las calles, al menos las más céntricas. Si los 'pinchos anti-indigentes' han causado gran revuelo en Inglaterra en los últimos días, en Madrid se ha buscado una solución menos estridente pero que también resulta disuasoria para las personas que se planteen pernoctar en la vía pública.
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eldiario.es#3 Claro, por eso la borregada izquierda pide más ayudas sociales, parar desahucios, expropiar pisos vacíos de la banca rescatada, renta básica universal para que las necesidades fundamentales estén cubiertas...
Los bancos antimendigos obedecen al intento de ocultar a los mendigos del centro de las ciudades, que son poco estéticos.
Y ya que los neoliberales provocan con sus políticas que cada vez haya más gente que se ve obligada a vivir en la calle, a algunos nos parece demencial que encima se pongan bancos, pagados por todos, con unos topes que impiden que se pueda dormir en ellos.
Dentro de muy poco veremos los pinchos antimendigos debajo de los puentes, pero para ti protestar sobre ello será algo propio de esos izquierdistas que no saben en qué mundo viven, claro que sí.
#6 Más deuda pública para el Estado al mismo tiempo que no pagas la deuda pública del Estado. Expropiaciones para reforzar la credibilidad del Estado, la seguridad jurídica y atraer a inversores internacionales. Y además, renta básica universal para los gitanos rumanos.
Eres un genio.
Estos mendigos quieren dormir en la capital del Reino de gratis y de eso nada. Que se compren una casa, que ya hemos salido de la crisis.
Para hacerse una idea global del problema y no centrarse solo en dar caña a Ana Botella sugiero que se lea el primer comentario a la noticia en el origen.
#2 Es que la propuesta para la borregada izquierdista meneantil pasa por hacer mejores bancos y mejores portales para que los mendigos puedan pernoctar más cómodamente en lugar de intentar ayudarles.
#2 Sí, mejor no demos caña a Botella y centrémonos en ese comentario xenófobo, que podría haber escrito Le Pen (o el PP de Tarragona, que para el caso son lo mismo).
Para hacerse una idea global del problema tenemos que entender que más allá del comodín de la xenofobia, esto responde a unas políticas muy concretas que llevan a convertir la ciudad en un escaparate comercial, y en el que los mendigos sobran, y cualquier vínculo social también.
Los intereses de la gente supeditados a los intereses comerciales, ese es el problema de fondo. Y eso es lo que defiende el PP.
#5 xénofobo? comentario xenófobo? Por favor acredita lo que dices.
Mendigos profesionales ha habido y habrá toda la vida, pero con la crisis el número de personas que se quedan en la calle es mucho mayor. Yo veo cada vez más gente pidiendo en la calle y no creo que la solución pase por poner bancos incomodos precisamente. Quizás el planteamiento para la Señora Botella debería ser gastar más neuronas (si es que las tiene) en arreglar la crisis y no en el diseño de bancos.
Me parece que relacionar el diseño de un banco con el ataque a los mendigos, como poco, exagerado.
Los bancos que yo conozco de este tipo, cumplen criterios estéticos o funcionales, no antimendigos.
@alfa889 si tienes argumentos que me ayuden a saber en que me equivoco, me gustaría leerlos.
''Oh, el pobre, que además de ser pobre y no tener nada es acosado por el malvado Gobierno''
Pero la realidad es bien distinta: Madrid sufre una plaga de redes mafiosas dedicadas a la mendicidad, que acosan a los viandantes, destrozan el mobiliario público, y llenan de mierda todo lo que tocan. Quien se ve en una situación en una situación de desamparo, cuenta con distintas ayudas sociales y con ONG's para aburrir. No es casualidad que la gran mayoría de quienes mendigan por Madrid sean gitanos rumanos.
Estas medidas no son contra los pobres, son contra las mafias. Así que bien por la señora Botella.
#4 Que cristiano por tu parte, ¿así que todos los mendigos trabajan para redes mafiosas?, A bueno, no, que tu eres católico, la antítesis del cristianismo.