El río Gállego servía de punto de encuentro para todas las mujeres del pueblo de Ardisa (Zaragoza) que bajaban hasta su orilla para hacer la colada, hasta que en 1934 se construyó el lavadero cerca de la localidad. En este lavadero, un grupo de vecinas me mostró en el año 2010 cómo se hacía la colada. Monesma documentales
|
etiquetas: etnografia , monesma , lavadero , colada
En Valladolid, en la ribera del Pisuerga, tienes varios.
A unos 20 minutos de donde vivo hay un pueblín que aun los conserva.
Exacto, en las ciudades se ha aprovechado el espacio para otras cosas. Por eso quedan en los pueblos sobre todo.
Los esclavos de Missouri también crearon grandes canciones mientras trabajaban en la recolección del algodón, pero no les veo romantizando esa labor.
Lo que se debería de romantizar es la capacidad de sentarse juntas y hablar, socializar entre toda la comunidad...
Eso es lo que nos falta, lugares y tiempo para hacer eso.
Vuelve la familia Alcántara a Sagrillas, su localidad de origen, acude Merche al lavadero público y mientras lavaba exclama radiante:
- ¡Qué bonito esto, qué maravilla estar todas juntas aquí lavando, charlando, cantando.... Y lo bien que se queda la ropa!
Pues una vecina le responde en tono displicente :
- ¿A ver tus manos?, ¡Pues ahora mira las mías lo estropeadas que están!, ¿Qué es eso que tienes en Madrid que metes la ropa en una máquina, le das a un botón y te sale limpia?, ¡Pues yo quiero un chisme de esos!
Le quitó el romanticismo del golpe a Marche, esa vecina del pueblo.
el tiempo de pasar juntas y el tiempo de ser jóvenes
Pero públicamente, un hombre lavando era igual de escandaloso que una mujer fumando, diciendo tacos o con pantalones: socialmente inaceptable.
Y el que era muy evidente en casa con su madre.