El hombre inferior inventa el desprecio porque su verdad excluye a las otras. Pero nosotros, que sabemos que las verdades coexisten, no nos creemos disminuidos reconociendo las del otro, aunque ellas constituyan y muestren ante todos nuestro error. El manzano, que yo sepa, no desprecia la vid, ni la palmera al cedro. Pero cada uno se endurece cuanto puede, busca el sol y busca el agua, pero no mezclan sus raíces. Y así salvan su forma, su identidad y su esencia, sin necesidad ni deseo de formar un sólo árbol, pues hay en su diversidad no mezclada un...